Afortunado quien pueda vivir solo del amor a su arte

Todos, cubiertos por el estrés que conlleva la vida, tratamos de escapar de nuestras preocupaciones buscando la manera de entretenernos, de sumergirnos en un mundo total o parcialmente diferente al nuestro. Esto ha motivado que a lo largo del tiempo, el ser humano haya encontrado el entretenimiento de diversas formas.

Actualmente, podemos divertirnos con un gran videojuego, perdernos entre las páginas de un libro o mirar una caricatura animada. Sin embargo, las diversas emociones que nos provoca el poder ver una obra de teatro, una telenovela o cualquier otro formato, en el cual, podamos disfrutar de la pasión proyectada de otras personas mediante su talento de poder otorgar una voz, un cuerpo real, emociones y sentimientos observables a un personaje que solo se encontraba en un guión y en la imaginación, es incomparable. Los actores logran también liberarse por un momento de ellos mismos para convertirse en otros seres. Desde hace siglos, la actuación es parte de las culturas varias al rededor del mundo. Por tanto, como cualquier otro trabajo que implica cumplir con las necesidades de la sociedad merece tener una remuneración. Esto no significa que un actor se suba a un escenario buscando solamente la recompensa económica pero si es merecedor de ella así como la merece el resto del equipo y producción que haya detrás. Los proyectos independientes, siempre riesgosos, requieren de apoyo no solo por parte de los creadores y del público sino de asociaciones que puedan sustentar los nuevos comienzos.

Las grandes empresas, especialmente de televisión, van en declive. Las plataformas de streaming van tomando poder cada vez más y los proyectos que conllevan periodos de trabajo cortos se vuelven más comunes y deberían tener las mismas condiciones que los proyectos largos dependientes. Un actor sabe que el elegir este camino por las artes escénicas conlleva un riesgo, a veces por causa de leyes que no entienden su labor, pero que está dispuesto a tomar porque sabe que es lo que hace feliz no solo al público sino a él o ella misma. Días, semanas o meses sin proyectos y esperando la respuesta de un casting que, quizá nunca llegue, se ven envueltos por la esperanza de que algún día llegará el momento de estar de nuevo entregándose a la pasión y satisfacción de encarnar un papel que la gente disfrute. Sin preocupaciones, con leyes que valoren su trabajo y que le reconozcan su esfuerzo, pudiendo vivir de los aplausos, de las risas, de los llantos y enojos que cause en la audiencia. Pero, que afortunado quien pueda vivir solo del amor a su arte.

Agradezco el tiempo que has tomado para leer esto. Mi nombre es Norberto De la Rosa y mando un saludo desde México a todos los de este foro.